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Los padres de Madeleine se niegan a abandonar el sur de Portugal

La fiscalía interroga a tres sospechosos y precinta su residencia

El único dato positivo que han recibido en 11 días Gerry y Kate McCann, los padres de Madeleine -también llamada Maddy familiarmente-, es que no ha habido noticias, ni malas ni buenas, sobre el destino de su hija. Y a ello se aferran, según dijeron ayer. Los padres de la pequeña Maddy comparecieron ante los medios que siguen la desaparición de la niña, hace ya 11 días, en un centro de vacaciones del Algarve, al sur de Portugal.

Los padres de Madeleine anunciaron ayer su decisión de quedarse en Praia da Luz hasta que su hija aparezca. "Hasta que no tengamos pruebas concretas de lo contrario, pensaremos que Madeleine está segura y bien cuidada", dijeron Kate y Gerry durante una rueda de prensa en la que agradecieron la ayuda del público, los medios y los personajes ricos y famosos que han ofrecido ayuda económica para seguir buscando a Madeleine. La suma alcanza los 6,5 millones de euros.

Kate y Gerry dieron también un largo paseo por la playa, al parecer asesorados por sus abogados, que han llegado desde Reino Unido para ayudarles, según contaron ellos mismos, a canalizar mejor la ayuda prometida. Los juristas tratan de mantener viva en la opinión pública la historia de Madeleine, después de que incluso los tabloides británicos hayan reducido su despliegue dada la ausencia de noticias y pistas.

Mientras, tres sospechosos residentes en una villa cercana a los apartamentos donde se alojaban los McCann, declararon ayer ante la fiscalía. La villa donde se alojaban los interrogados fue ayer sometida a un registro y sellada.

La prensa portuguesa dejó caer ayer alguna duda sobre el comportamiento de los padres de la niña. Según Diario de Noticias, los trabajadores del resort no entienden todavía por qué los padres se negaron a aceptar el servicio de niñeras y la alternativa de walky-talkies, ambos gratuitos con el paquete adquirido por la pareja, que cenaba todas las noches en el restaurante del complejo, a 50 metros del apartamento, dejando solos a la niña, de tres años, y a sus gemelos, de dos.

"No podemos ni siquiera pensar en volver a casa en este momento", añadió Kate, la madre, en la que ha sido su primera intervención en público. Católicos convencidos, los McCann -un matrimonio de médicos de Rothley, en las afueras de Leicester- agradecieron el apoyo moral recibido. "Estamos obteniendo una fuerza enorme del calor y el flujo espiritual que recibimos", dijeron.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de mayo de 2007