Jordi Portabella lanzó ayer una propuesta que revolucionaría toda la red de transporte: una línea de autobús por calle. En opinión del alcaldable, con esta medida se simplificaría la vida a los ciudadanos porque nadie se desorientaría: "Los autobuses incorporarían el nombre de la calle por la que circulan y así se facilitaría su identificación".
"Es el modelo de red de autobuses octogonal, que ya se aplica en ciudades como Nueva York", dijo Portabella. Ante las preguntas sobre la viabilidad de su propuesta, respondió que en la mayoría de la ciudad las calles se cruzan perpendicularmente unas con otras. Cada vez que uno quisiera cambiar de calle, tendría que hacer transbordo. No obstante, el candidato sostiene que entre una línea y otra habría un máximo de 100 metros. En los barrios en los que las calles no son como el Eixample, como Gràcia, Sant Andreu o el Carmel, para poner algunos ejemplos, Portabella dijo que segurían circulando los minibuses de barrio. "No va a costar dinero, sino sólo neuronas", sentenció el candidato de ERC. A las dudas sobre si la ciudadanía va asimilar bien un cambio tan revolucionario, Portabella dijo: "No veo por qué no".
El candidato de ERC escogió el mercado de la Boqueria para lanzar sus propuestas de cómo conciliar vida familiar y laboral. Entre sus proyectos está el de que todo el mundo termine la jornada laboral a las cinco de la tarde, hacer turnos de seis horas y "comer un día a la semana con nuestros hijos e hijas en la escuela". ¿Cómo convencer a los empresarios para que dejen que sus trabajadores acaben a las cinco? Portabella, un poco irritado por la insistencia de los periodistas, respondió: "La ciudad de Barcelona no tiene capacidad para decir cuántas horas tiene que trabajar cada uno, pero ninguna de las propuestas que lanzan los candidatos depende sólo de Barcelona, podéis anotar que Portabella lo quiere, pero para hacerlo necesita pactar".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de mayo de 2007