Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936) llegó a Madrid a finales de los cincuenta. El autor de Conversación en La Catedral vive hoy entre Londres, Lima y el centro de la capital, donde votará, como "un madrileño".
Pregunta. ¿Qué tiene Madrid?
Respuesta. Que es muy fácil considerarse madrileño. Creo que es una de las ciudades en el mundo donde uno se siente menos forastero, y eso es uno de sus atractivos principales... Cuando era estudiante, conocí un Madrid cerrado, que tenía el encanto de la provincia, pero que estaba cortado del mundo. La transformación de Madrid ha sido extraordinaria, emblemática en España.
P. ¿Y sus problemas?
R. Son los de las grandes ciudades modernas. La inseguridad es uno de los problemas que tienen los madrileños, como ocurre en Londres, en París y en Lima. Otro es el tráfico. Mi sueño es que el centro algún día sea solamente peatonal, como la calle del Arenal... Es un placer andar por allí, y no pierdo las esperanzas.
P. ¿Nada más?
R. El sueño utópico sería una ciudad segura, sin violencia, y donde los inmigrantes se pudieran integrar todavía mejor. Pero en Madrid se ha hecho en este sentido un gran esfuerzo. Los inmigrantes se adaptan más rápido que en otras partes... Aquí no existen los problemas de inmigración de París.
P. ¿Le gustan los candidatos?
R. Una de las buenas cosas que nos han pasado a los madrileños es la rivalidad entre el alcalde y la presidenta de la Comunidad. La competencia, que los liberales creemos muy buena para una sociedad, ha sido magnífica y ha dado resultados óptimos, desde el punto de vista económico, urbanístico, cultural...
P. ¿A quién votará?
R. Por estas razones voy a votar por Esperanza Aguirre y Ruiz-Gallardón. La Comunidad de Madrid ha pasado a ser la locomotora que empuja al resto del país, lo que es un gran mérito. Y Ruiz-Gallardón ha sido un magnífico alcalde, está transformando Madrid para mejor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de mayo de 2007