"Nuestras capitales comparten importantes avances. En todas ellas asistimos a un urbanismo cada vez más amable. Zonas peatonales, parques, jardines y bidegorris van teniendo presencia creciente. Cada una de ellas, además, ha apostado por elementos distintos al dotarse de atractivo, lo que ha acentuado las diferencias de personalidad que ya exhibían de antaño. Es cierto que aún soportan un tráfico excesivo y someten a su ciudadanía a niveles de ruido difícilmente tolerables, por citar dos asignaturas aún pendientes, pero nadie duda que los avances a que hemos asistido son verdaderamente notables, impresionantes en algún caso".
"Opino que la personalidad del responsable público en el resultado de su gestión es decisiva y creo que nuestras ciudades son el producto de los proyectos y la dedicación de sus alcaldes y equipos de gobierno. Pero al referirme a los responsables, reconociendo y valorando su labor, no debemos olvidar a los que les precedieron, pues algunos efectos que surte la labor pública sólo se manifiestan tras largos periodos de tiempo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de mayo de 2007