- Aburrimiento. Hay una marcada y peligrosa tendencia a identificar la política con aburrimiento y a los políticos con personas que no hablan de lo que "le interesa a la gente corriente", esa que conoce Rajoy. Es normal. Y es falso.
Ejemplo: Corina Porro, candidata del PP en Vigo, dijo aquí en el inicio de la campaña electoral: "Las elecciones me resultan un rollo".
Hay una explicación para tamaños disparates. El sociólogo Ignacio Sánchez Cuenca, autor, entre otros, de Los efectos de la acción de gobierno en el voto durante la etapa socialista, dio una breve lección magistral hace unos días en Sevilla.
- Izquierda. Resumen del pensamiento de Sánchez Cuenca: la sociedad española es mayoritariamente de izquierda (un 55% se declaraba así en 2000). Al PP no le interesa una alta participación electoral. ¿Qué mejor cosa pues que decir que las elecciones son un rollo? Por otro lado, en lugar de hablar de los temas que interesan a los ciudadanos, la derecha desvía el debate público hacia cuestiones no ideológicas. Ejemplos: Aznar elaboró su asalto al poder en tres palabras: paro, despilfarro y corrupción. Tres temas sobre los que no hay debate posible, porque todos estamos por reducir el paro y combatir el despilfarro y la corrupción.
Hoy, la estrategia del PP pivota en dos conceptos: terrorismo y debate territorial, asuntos transversales que personas de una misma ideología pueden enfocar de manera distinta. Hay socialistas centralistas y otros federalistas.
Más trucos de la derecha para desincentivar el voto: una campaña negativa desaforada. A Zapatero le llaman bobo solemne o perfecto imbécil. Y a Chaves, cacique y señorito. Por último, ponen las instituciones al límite: recusan a un magistrado del Constitucional para desequilibrar el alto tribunal o sectarizan el Consejo General del Poder Judicial.
Resultado: el ambiente se encabrona. El ciudadano huye de la política y comienza a detestar a los políticos. Lo que la derecha quiere y ha querido toda la vida.
- Conclusión. Hablemos de vivienda, de salud, de educación. De tantas cosas que ennoblecen la política. Y votemos. Demasiados años nos tuvieron en la abstemia democrática. Antonio Romero, dirigente de IU en Málaga, lo resume así: "Si votamos, los echamos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de mayo de 2007