Fue una mañana de recorrido por el área metropolitana coruñesa. Hubo visitas a Bergondo, Culleredo y la histórica villa de Betanzos, donde el presidente de la Xunta dedicó una hora a pasear en compañía de Manuel Lagares, alcalde desde 1985 y de nuevo cabeza de cartel del PSdeG.
Durante el recorrido, Emilio Pérez Touriño, un líder de gesto contenido, tuvo ocasión de desplegar todo el repertorio de los políticos profesionales en campaña electoral: saludos a viandantes, besos a niños y visitas a centros culturales.
A la vuelta de una esquina la comitiva presidencial se topó con una calle tomada por varias decenas de jóvenes que participaban en el rodaje de un anuncio de la cerveza Estrella Galicia. Uno de ellos puso a prueba el buen humor de Touriño advirtiéndole de que le seguía el presidente del PP, Mariano Rajoy, en referencia al diputado socialista Francisco Cerviño, al que muchos atribuyen un gran parecido físico con el líder de la oposición.
El presidente conversó durante unos instantes con los jóvenes, bromeó sobre Cerviño y su comportamiento poco disciplinado en el Parlamento, donde con frecuencia la presidenta de la Cámara se ve obligada a llamarle la atención, y dejó a salvo su reputación ("es más golfo que Rajoy", puntualizó).
Una chica le reprochó su falta de carisma: "¡Filliña!", le respondió Touriño con aire resignado mientras se encogía de hombros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de mayo de 2007