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El festival Sinsal inaugura edición compostelana con folk balcánico

Cuando, en la noche del Día das Letras Galegas, A hawk and a hacksaw & the Hun Hangár Ensemble se lanzaron a una versión de Song for Ché, de la Liberation Music Orchestra, la propuesta con la que el festival Sinsal inauguraba su edición compostelana cuadraba las cuentas. Las 100 personas que ocupaban el Salón Teatro asistían a la insólita fundición de canción gitana de la Europa oriental, tradición antibélica de los Estados Unidos, polka transilvana y pinceladas free jazz de combate. "Música del mundo para punks", definió alguien la reunión de grupos, uno de Alburquerque, en Nuevo México, y otro de la Hungría profunda, que asombró a la concurrencia en Santiago de Compostela.

Los integrantes del Hun Hangár Ensemble visten camisas de cuadros pero no son de la generación grunge, soplan vientos metal y una gaita balcánica con aspecto de cabra. Como explicó Jeremy Barnes, de A hawk and a hacksaw, para disculpar la ausencia entre tema y tema de los húngaros, "el contrato incluía el derecho a beber cerveza". Los ecos del Danubio casaron con el acordeón, el celeste y los violines de los estadounidenses a ritmos vertiginosos. La eufórica respuesta del público confirmó de nuevo el atento radar musical de Sinsal.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de mayo de 2007