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Incertidumbre en Italia, dinero fresco para comprar y el fin de un compromiso

Italia es el ejemplo a seguir. Esa fue la consigna de Alierta en la junta de accionistas. Pero la entrada en Telecom Italia rompe con la estrategia seguida hasta ahora por Alierta: ni tiene el control (6,9% del capital) ni puede aspirar a tenerlo, debido a las restricciones que pondría el Gobierno italiano. Por eso, los analistas advierten que con esta inversión le puede pasar lo mismo que en Portugal Telecom, que siendo el primer accionista y desembolsando más de 2.500 millones de euros no tenga ningún poder de decisión.

No parece tampoco muy claro que las sinergias con las que se justifica el acuerdo vayan a materializarse inmediatamente. El único acuerdo que produciría ese efecto sería la unión de fuerzas en Brasil, algo inviable desde el punto de vista de la competencia.

Sea como fuere, Telefónica tiene dinero fresco para seguir de compras. Acaba de vender Endemol (2.629 millones de euros) y Airwave (2.800 millones). Y además a finales de año vence el compromiso de Alierta con los accionistas de no realizar compras netas por más de 1.500 millones. De esta forma, ya no tendrá ataduras para afrontar operaciones como la anhelada adquisición del 50% de Vivo, la operadora brasileña cuya propiedad comparten con Portugal Telecom.

Precisamente la operación más lógica es la desinversión en Portugal Telecom, donde posee casi 10%. El fracaso de la oferta pública de adquisición (OPA) de acciones del grupo industrial Sonae, que apoyaba Telefónica, ha dejado en situación de bloqueo a la empresa española. Así que la mejor salida es vender.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de mayo de 2007