Barcelona está perdiendo identidad propia y sus ciudadanos cada vez la sienten "menos suya". Lo afirmó ayer Imma Mayol, que en precampaña ya criticó que los turistas se están adueñando del centro. Con el fin de que los barceloneses estén más orgullosos de sus orígenes, la ecosocialista explicó su propósito de rehabilitar los 15 núcleos históricos que sobreviven en los barrios de Barcelona.
Lo hará, dijo, potenciando el patrimonio arquitectónico y "eliminando el paso de los coches". También apostó por disminuir la zona de carga y descarga mediante la extensión de la experiencia que se lleva a cabo en el barrio de Sant Andreu, donde los transportistas vacían la mercancía en un almacén común, evitando atascos en la vía pública. Posteriormente, una cooperativa que utiliza coches eléctricos se encarga de su reparto por los comercios. Evitar la masificación de las franquicias y potenciar las fiestas populares son otras iniciativas. Todo esto lo anunció en un vermut popular que reunió a unas 150 personas en Gràcia.
Por la mañana, en su periplo por viviendas particulares, Mayol visitó a dos ancianos para anunciar la futura " universalización" de la atención domiciliaria. La ampliación de los servicios a 26.000 ciudadanos hasta 2011 costará, explicó, 35 millones de euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de mayo de 2007