A menudo, los asuntos que centran la bronca política entre partidos no reflejan las preocupaciones a ras de calle. Y también ocurre que las molestias que han marcado la vida ciudadana en el día a día se olvidan, se perdonan o se comprenden a la hora de dar el voto. Así ha ocurrido, según la encuesta del Instituto Opina, en las ciudades de Madrid y Sevilla, donde los ciudadanos han convivido durante cuatro años con polémicas obras públicas que ahora, una vez terminadas, logran el aplauso mayoritario.
En la capital, el mandato de Alberto Ruiz-Gallardón (PP) será recordado como el de las zanjas, los túneles y las grúas. La reforma de la carretera de circunvalación M-30 -la obra más cara de la historia de un ayuntamiento- ha tenido levantada la ciudad y ha sido convertida en diana de una feroz oposición por parte de PSOE e IU. Pero el 63% de los madrileños afirma que está de acuerdo con esa obra.
Algo parecido sucede en Sevilla: el 86% de los encuestados aprueba la peatonalización del casco histórico, a pesar de que esas obras tuvieron la ciudad empantanada durante todo el mandato y generaron importantes problemas de tráfico.
Entre los problemas que los ciudadanos citan como sus preocupaciones más inmediatas están, a la cabeza, la inseguridad y el precio de la vivienda, seguidos de cerca por la suciedad de las calles -importante en Barcelona, Sevilla y Marbella, los atascos de tráfico -sobre todo en Madrid y Vigo- y la inmigración, que despunta entre las inquietudes ciudadanas. Todos esos problemas de corte típicamente urbano se ven desbordados esta vez en Marbella por aquel que ha centrado allí el último mandato: la corrupción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de mayo de 2007