El que una persona dé las gracias o pida las cosas por favor es algo que está en franca decadencia. Hasta llama la atención si esas palabras parten de un adolescente. Estas nuevas generaciones creen que tienen derecho a todo sin mostrar ninguna cortesía ni reconocimiento por ello. Rafaelxastre.
Sí, lamentablemente. Es una pena porque es la base de la educación, y la educación es la base de las relaciones entre nosotros. Sabu.
No hace mucho decía mi madre que no ponía en duda que actualmente hubiera más cultura, pero que la educación no se veía ni en pintura. Es posible que mi generación (la del silencio) tuviera respeto hacia los demás, sólo por miedo: padres, profesores, clero, policía, ejército. Se conoce que al desaparecer ese miedo ha desaparecido todo lo demás. Sinalias.
Creo que poco a poco vamos perdiendo esa sana costumbre y sinceramente se echa de menos. He trabajado en diferentes empresas donde las cosas se pedían por favor y se daban las gracias, incluso la gente se saludaba; el ambiente era muy bueno y la motivación elevada. Ahora trabajo en una donde prácticamente las palabras por favor y gracias no se utilizan: el ambiente empieza a ser insoportable y la motivación brilla por su ausencia. Juanmarzo.
No se ha perdido del todo, pero ciertamente está en vías de extinción. Ya sea en las ciudades o en los pueblos, el por favor y el gracias se están convirtiendo en un distintivo social que en muchos casos funciona como antídoto contra la gran vulgarización de nuestra sociedad, ya sea a causa de la modernidad, la globalización, o, tristemente, la simple falta de civismo, y, en otros, simplemente no funciona. ¿Será el precio que hay que pagar por ser un país desarrollado? A. O. Goriaïnoff.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de mayo de 2007