Los combates en el campo de refugiados palestino de Naher al Bared, cerca de Trípoli, al norte del país, dejaron nuevas víctimas civiles. La cifra de muertos asciende ya a casi 70 y los heridos se cuentan por centenares. El Gobierno libanés aseguró que entre los detenidos y caídos de Fatah al Islam hay ciudadanos de Yemen, Sudán, Jordania y Siria. El jefe de Fatah en Líbano, Sultan Abu al Ainain, negó ayer toda vinculación entre el pueblo palestino y los combatientes de Trípoli. La milicia chií de Hezbolá, por su parte, condenó ayer "cualquier ataque contra el Ejército libanés".
El Gobierno de Beirut relaciona el estallido de violencia con la próxima creación por la ONU de un tribunal para juzgar a los asesinos de Rafik Hariri, el primer ministro muerto en 2005.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de mayo de 2007