Cuando la derecha española sea capaz de proponer que, antes de empezar cada curso, se lea en las escuelas la carta de un republicano condenado a muerte durante la dictadura franquista (ya ni siquiera haría falta que además fuera comunista...) como se va a hacer en Francia con la carta que escribió el joven Guy Moquet antes de ser ejecutado por los nazis, podremos decir que las dos Españas ya no existen, que son el reducto de un pasado superado.
Sería una bella utopía que los políticos y los votantes de nuestra derecha comprendieran lo que le deben a los republicanos y a los comunistas que dieron su vida por derrocar, aun sin lograrlo, aquella dictadura terrible, injusta e innecesaria. Europa venció al fascismo y España lo padeció.
No olvidemos nunca quienes fueron los verdaderos enemigos de la democracia y de la libertad durante aquellos cuarenta años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de mayo de 2007