Aina tiene 25 años, vive y trabaja en la plaza de Lesseps de Barcelona, en obras por reforma desde hace más de tres años. Explica que "las obras han convertido la zona en un laberinto de pasos y vallas, por el que por la noche da miedo pasar" y que, agrega, "te obliga a dar vuelta y perder mucho tiempo cuando quieres cruzar la plaza".
A juicio de Aina, la zona más "caótica" es el acceso a la estación del metro de Lesseps. "Es una parada muy concurrida; entre la aglomeración de turistas y el paso provisional que varía a menudo, llegar al metro se convierte en toda una gincana", explica. Aunque no cree "que pueda hacerse mejor", reprocha a la Administración la falta de información, "que sólo se dio al principio" y que, sostiene, genera "incertidumbre" entre el vecindario sobre el resultado final. "No me imagino cómo quedará", afirma.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de mayo de 2007