La sede del PP en el barrio de Russafa, en Valencia, sufrió en la madrugada de ayer un pequeño incendio al lanzar desconocidos un cóctel mólotov que rompió el cristal principal y quemó una cortina. El vicesecretario regional del PP, Ricardo Costa, lo calificó de "agresión contra los valencianos, los españoles y la fiesta de la democracia" y aprovechó la ocasión para acusar al delegado del Gobierno Antoni Bernabé, de "atrincherarse en su despacho" y desentenderse del asunto. La alcaldesa y candidata popular, Rita Barberá, aseguró que se trata de un acto de "violencia extrema" y lanzó a los militantes el mensaje de "convertir estos explosivos en más votos". Estas declaraciones motivaron la reacción de Bernabé, quien acusó a Barberá de "utilizar cualquier cosa como arma política". La policía investiga el suceso, añadió. El PSPV de la ciudad condenó el suceso, al igual que la candidata del Compromís, Glòria Marcos, que pidió al PP la misma sensibilidad cuando la agresión es contra otros partidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de mayo de 2007