Un correo electrónico anónimo enviado hace justo un año convocaba a una sentada frente al Museo del Prado. Alentaba a la gente a salir a la calle, a protestar por una vivienda digna. La persona que difundió aquel mensaje seguramente no imaginaba que sería el germen de un movimiento que se ha bautizado como V de Vivienda y que el pasado mes de marzo consiguió movilizar a 20.000 personas en Madrid y 10.000 en Barcelona para reivindicar una mejora de las condiciones para acceder a una casa. Siempre sin el apoyo de los partidos políticos.
La Asamblea contra la Precariedad y por la Vivienda Digna es el colectivo más visible del movimiento. En plena campaña electoral han decidido acampar en la calle, frente a la Universidad Complutense de Madrid, para reivindicar un derecho que, tal y como han repetido hasta la saciedad, está en la Constitución.
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Dar un uso social a las viviendas vacías, disponer de suelo barato para vivienda social y la constitución de un parque público de alquiler no lucrativo que cubra todas las necesidades de alojamiento son sus principales reclamaciones. Ninguna aparece, ni se asemeja a las que se incluyen en los programas marco de los tres grandes partidos.
Con las propuestas delante de la mesa, la Asamblea de Madrid considera que "estas supuestas soluciones no son más que los mismos parches que no evitan la especulación urbanística ni dan salida a los más de tres millones de pisos vacíos que existen en nuestro país". Además, critican que los planes de vivienda de PP, PSOE e IU "están jalonados de promesas como la facilitación del pago de hipotecas, la construcción destinada a la venta, ayudas a arrendadores", que no ayudan a solucionar el problema. "Precisamente porque ningún partido apuesta por leyes que garanticen esto, después de estas elecciones seguiremos reclamando el derecho básico a una vivienda digna", concluyen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de mayo de 2007