El editorialista de Irán se acerca, publicado en EL PAÍS el día de reflexión, concluye afirmando que "lo que EE UU y la UE han de plantearse con urgencia y realismo es el costo de que los ayatolás lleguen a poseer el arma final. Y qué nuevas medidas, en forma de premios o de castigos, cabe adoptar para alterar el curso de los acontecimientos".
Para variar, podríamos optar por los premios. Por ejemplo, la Unión Europea propone, en el seno de Naciones Unidas, una conferencia para lograr el desarme y la desnuclearización de todos los países; la creación de un ejército excelente de cascos azules, al servicio del cumplimiento de la Declaración Universal de Derechos, y toda la transferencia tecnológica y ayuda posible del Primer Mundo a todos los demás, generalizando la iniciativa japonesa de ayuda al desarrollo mediante energías limpias, renovables y sostenibles.
¿Utópico? Tenemos instituciones, medios, conocimientos y tecnología para hacer del mundo un lugar habitable. La mayoría de las mujeres del planeta apoyaría una iniciativa de desarme. Probablemente, la primera guerra documentada de la historia, la de Sargón de Akad, tuvo como objeto apoderarse de los cedros de Líbano, pero de eso hace ya casi 5.000 años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de mayo de 2007