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La ministra italiana de Sanidad propone patrullar los institutos con perros antidroga

El titular de Educación quiere limitar la idea de su colega a los casos en que lo pida el director

La ministra italiana de Sanidad, Livia Turco, quiere que policías con perros anti-droga patrullen las escuelas. "No es tolerable la difusión de sustancias estupefacientes y no podemos dejar que nuestra juventud sea víctima de las drogas", afirmó. La propuesta de Turco sorprendió a sus compañeros de Gobierno. El ministro de Educación, Giuseppe Fioroni, indicó que sólo estaba dispuesto a introducir policías en las aulas "en casos graves y a petición del director".

Turco (de Demócratas de Izquierda, antiguo Partido Comunista) se distinguió cuando Romano Prodi formó Gobierno hace un año por su actitud tolerante respecto a las drogas. Suavizó la ley heredada del centro-derecha, duplicó la cantidad permitida para uso personal -el Tribunal Supremo rechazó esa reforma- y aseguró que lo esencial era perseguir el tráfico, no a los consumidores. Sigue definiéndose como "antiprohibicionista", pero algunos incidentes en las escuelas italianas parecen haberla inducido a cambiar de opinión. El caso más reciente sucedió en el instituto Niccoló Copernico de Turín. El director, Stefano Grosso, pidió la semana pasada a la policía que inspeccionara la escuela porque sospechaba que algunos alumnos consumían sustancias prohibidas. Una patrulla de carabinieri, acompañada por el perro Max, realizó un rastreo a fondo que incluyó las mochilas de los escolares. La operación permitió descubrir a un alumno mayor de edad que fumaba un porro de marihuana, y una pequeña cantidad de hachís, estimada en cinco dosis, oculta en el jardín. El director del instituto se declaró ayer contrario a "los registros sistemáticos, porque los chicos los viven como un acto de violencia".

Filmaciones anónimas realizadas con videoteléfonos y difundidas por Internet permitieron saber que en otros institutos se fumaban porros, en algunos casos en presencia de profesores. El ministro de Educación relativizó el fenómeno e hizo hincapié en la necesidad de "cumplir las normas". "Los profesores deberían también dejar de fumar cigarrillos en las instalaciones escolares, porque está prohibido", manifestó Fioroni. "Sólo estoy dispuesto a permitir la entrada de policías y perros en las escuelas cuando existan sospechas fundadas de tráfico en las aulas", agregó.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de mayo de 2007