El consejero de la Vicepresidencia, el republicano Josep Lluís Carod, parece que en poco tiempo ha aprendido las artes políticas del presidente José Montilla. Ayer, destituyó de forma fulminante a los dos responsables de relaciones exteriores de su departamento, el secretario Albert Royo y la directora general, Maria do Carmo Marques-Pinto, a los seis meses de su nombramiento.
En conferencia de prensa, Carod rehuyó explicar los motivos de esta decisión y la atribuyó a motivos técnicos. Señaló que había encargado a los dos responsables el diseño de la "arquitectura" del departamento de exteriores y los planes de futuro, pero que ha decidido que sean otras personas quienes los apliquen. No obstante, reconoció alguna disfunción.
En cualquier caso, eran notorias las desavenencias entre Royo y Marques-Pinto, quienes desde su nombramiento habían expresado sus discrepancias sobre los objetivos de la acción exterior de la Generalitat. Fuentes del Gobierno explicaron que las complicadas relaciones entre ambos habían frenado y comprometido el "desarrollo normal" de la política internacional y que, ante la imposibilidad de conciliarlos, Carod optó por su relevo. Royo lamentó ayer su destitución y que el consejero no le hubiera "explicado los motivos". Por su parte, fuentes cercanas a Marques-Pinto explicaron que semanas atrás ya había expresado su deseo de ser sustitutida.
La nueva secretaria de exteriores será la ex vicecónsul del Reino Unido en Barcelona, Roser Clavell. Àngel Cortadelles, director de servicios territoriales de gobernación, ocupará la plaza de director.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de mayo de 2007