El Gobierno chino triplicó ayer los impuestos sobre las operaciones bursátiles y provocó la segunda mayor caída del año en los mercados del gigante asiático. Shanghai y Shenzen, los dos grandes parqués chinos, bajaron ayer en torno al 7%. Aún así, acumulan revalorizaciones formidables en lo que va de año: el 51% en el caso de Shanghai y el 117% en el de Shenzen, muy por encima de las principales bolsas. El Ibex español sube el 7% desde el 1 de enero, y el Dow Jones estadounidense en torno al 6%.
Esa exuberancia bursátil se remonta a 2006 -un año en el que las principales bolsas chinas experimentaron también subidas superiores al 100%- y ha provocado varios toques de atención de los principales bancos de negocios internacionales, que temen una caída brusca. El Gobierno chino ya amenazó hace tres meses con imponer medidas restrictivas para frenar la especulación bursátil, lo que provocó un primer descalabro del 9% el 27 de febrero. Finalmente, las autoridades chinas anunciaron ayer la entrada en vigor de una medida que incrementa el impuesto sobre las transacciones de acciones, del 0,1% al 0,3%.
La reacción de la Bolsa fue inmediata: unos 1.250 valores de los dos principales mercados sufrieron caídas, que en más de 800 casos superaron el 10%. Sólo 66 valores cerraron la jornada al alza, según el rotativo The China Daily.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de mayo de 2007