Jordi Hereu, alcalde en funciones del Ayuntamiento de Barcelona, lanzó ayer un ultimátum al líder republicano, Jordi Portabella, para que aclarase si está dispuesto o no a entrar en el gobierno municipal. Portabella le contestó que estaba dispuesto a hablar, lo que harán el martes. Fue una respuesta meramente táctica porque el republicano ya ha decidido pasar a la oposición. La dirección de Esquerra quiere ganar tiempo para cerrar con el PSC las múltiples negociaciones abiertas en Cataluña y evitar represalias. Pero la cúpula republicana avisó a Portabella de que su decisión no tiene marcha atrás.
Sin los 4 concejales de Esquerra en Barcelona, el PSC cuenta con 14 concejales y el apoyo de los 4 de ICV. Por su parte, PP y CiU suman 19, uno más. Sin embargo, los convergentes no llegarían en ningún caso a la mayoría absoluta (21 concejales) necesaria para ganar la alcaldía. Por tanto, de acuerdo con la ley, Hereu sería proclamado alcalde por encabezar la lista más votada, a pesar de no contar con el apoyo de ERC.
Un destacado miembro de la dirección republicana confirmó que ayer mismo Jordi Portabella tomó la decisión de romper la baraja. Lo hizo después de comprobar que el alcalde, Jordi Hereu, y todo su equipo se tomaron su órdago como un farol con vistas a las negociaciones "Sólo le faltaba eso, que el alcalde no le creyera, después de sentirse maltratado por el propio Hereu desde que asumió la alcaldía", comentó el mismo portavoz.
Pese a que la decisión está tomada, formalmente Portabella seguirá el juego de las negociaciones para evitar que los socialistas rompan los posibles pactos que todavía están en el aire en muchas corporaciones, como las diputaciones de Barcelona, Lleida y Girona.
La dirección de ERC apoya la decisión de su candidato por Barcelona pero le ha advertido de dos cosas. La primera, que en la oposición "hace mucho frío", sobre todo si no es el partido mayoritario. "El protagonismo lo tendrá Xavier Trias [de CiU]", le avisó un compañero de partido. Y la segunda, que después de haber lanzado el órdago y poner en jaque a la dirección, no vale retractarse.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de junio de 2007