Un grupo insurgente suní leal a Al Qaeda anunció ayer a través de una página web haber asesinado a los tres soldados estadounidenses secuestrados en Irak desde el pasado mes de mayo. El grupo ofrece las tarjetas de identificación de dos de los soldados desaparecidos.
El Estado islámico en Irak "anuncia la noticia de su ejecución para que su muerte sea amarga ante los enemigos de Dios", indica una voz en el vídeo. "Eran rehenes y se han convertido en cadáveres", prosigue la grabación.
Mientras, la guerra de Irak sigue presente en la política de EE UU. Los tres principales aspirantes demócratas a la nominación presidencial cambiaron su estrategia y sus modales en el segundo debate, celebrado en la noche del domingo al lunes, para mostrar un discurso más agresivo que establezca diferencias entre ellos.
Hillary Clinton asentó su liderazgo con un ataque riguroso a la política actual en Irak y una promesa de retirada de tropas si llega a la Casa Blanca, aunque sin aceptar el reconocimiento de sus propios errores. Barack Obama se mostró más firme y tranquilo mientras John Edwards acusaba a ambos senadores de adaptar su conciencia a la oportunidad política de cada momento.
El segundo debate entre los demócratas, auspiciado por la CNN, se celebró en el lugar que todavía tiene marcada en su territorio la línea de salida en la carrera presidencial: New Hampshire, el primer Estado que celebra primarias el 22 de enero del año próximo. En New Hampshire los candidatos despegan o desaparecen.
Incluso la distribución de los ocho contendientes políticos en el escenario recordaba al electorado que en esta competición en realidad sólo importan tres: Hillary Clinton estaba satisfecha en el centro porque parecía presidir el debate con John Edwards y Barack Obama junto a ella. Convenientemente, Edwards estaba a su derecha y Obama a su izquierda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de junio de 2007