El contrato-programa recientemente rubricado entre el Gobierno y la nueva Corporación RTVE se antoja excesivamente continuista, muy alejado de la reforma tan publicitada por el actual Ejecutivo, y viene a ratificar un modelo económico que seguirá sin garantizar el cumplimiento del servicio público. RTVE seguirá financiándose, en torno a un 60%, por los rendimientos publicitarios, como siempre aleatorios, inconstantes y molestos para el espectador. Algo que contrasta con lo que ocurre en el Reino Unido o en Alemania, donde el presupuesto de sus sistemas de radiotelevisión públicos depende, aproximadamente, en un 80% de la financiación pública (canon y subvención presupuestaria), siendo mínima la explotación publicitaria. Lo que significa zafarse de un terrible lastre: tener que competir por la "tarta publicitaria" con las televisiones privadas. Por otra parte, y según consta en los propios Informes sobre el Cumplimiento del Servicio Público de RTVE y en el "Informe de los Sabios", el ciudadano español es el que menos dinero aporta, de media, y en comparación con nuestros vecinos europeos, al sostenimiento de sus medios públicos. Aunque quizá el gran problema de fondo sea otro. ¿Sabemos lo que significa contar con un buen servicio público de radiotelevisión? ¿Valoramos realmente dicha cuestión? ¿Reconocemos lo que implica? Y si lo hacemos, ¿estamos dispuestos a poner todo de nuestra parte para que así sea (empezando por poner más dinero sobre la mesa)? Para la inmensa mayoría, la radiotelevisión pública sigue siendo un mero instrumento de hilaridad, desahogo y entretenimiento, óptimo para trasnochar y evadirse de "la realidad". Incluso con la errónea convicción de la naturaleza gratuita de dicho beneficio. Si el concepto de radiotelevisión sigue sin evolucionar, pocos ciudadanos comprenderán la suma importancia que un buen servicio público de medios de comunicación guarda intrínsecamente, y el incalculable valor de las ventajas de las que ellos mismos podrían beneficiarse.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de junio de 2007