El malestar en el seno de la policía autonómica comenzó el pasado 12 de abril. Ese día, el Departamento de Interior convocó una rueda de prensa para dar a conocer que había apartado del servicio a cinco agentes de los Mossos d'Esquadra por presuntos malos tratos a detenidos en la comisaría de Les Corts. Las imágenes se difundieron poco después y miles de personas las han visto ya en páginas web de Internet como You Tube.
Uno de los dos casos registrados por las cámaras ocultas -instaladas por Asuntos Internos a instancias de Interior, que había advertido un notable incremento de denuncias de detenidos en aquella comisaría- mostró la paliza que cuatro mossos propinaron a Rubén Pérez. Los policías (un cabo y tres agentes, dos de ellos en prácticas) fueron suspendidos de empleo y sueldo por la Dirección General de Policía y están imputados, además, por un supuesto delito de tortura.
En el otro caso de Les Corts, el vídeo muestra cómo una agente femenina abofetea a una ciudadana rusa que, además, está esposada. La agente también ha sido apartada del servicio.
Los cinco sindicatos de los Mossos -SAP-UGT, SPC, CAT, SME-CC OO, y APPAC- consideraron que la actuación policial no fue desproporcionada, especialmente en el caso de Rubén Pérez. Los sindicatos reclamaron ayer "respeto" a la presunción de inocencia y pidieron a Interior que levante las medidas cautelares contra los agentes a la espera de una resolución judicial.
En las últimas semanas, una serie de polémicas actuaciones han deteriorado la imagen de los Mossos: el uso de un arma no reglamentaria para controlar una manifestación de okupas -el famoso kubotán- y la muerte de un joven detenido que, esposado, intentó huir de un coche patrulla en marcha. Desde entonces, la sociedad "ha perdido el respeto" a los Mossos, que "ya no pueden trabajar con la misma facilidad en la calle", informan los sindicatos policiales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de junio de 2007