Soy médico de profesión y tuve la suerte de no sufrir en los años ochenta y noventa los efectos de la plétora de profesionales de la Medicina que produjo la falta de planificación de los gobernantes de este país en años anteriores. Me entristecía ver cómo compañeros de profesión con un alto grado de preparación, y con muchos años invertidos en su formación, estaban abocados a ser el "médico sustituto" en las vacaciones de los profesionales de Atención Primaria y estar en paro el resto del año. En el momento actual, las durísimas medidas de ajuste en el acceso a los estudios de Medicina han provocado que la situación sea la contraria y sea prácticamente imposible encontrar un profesional de la Medicina para cubrir cualquier tipo contingencia en muchos de los Servicios de Salud de las diferentes autonomías, debiendo recurrir a profesionales foráneos. En el momento actual se alzan voces que alertan de estas dificultades, pero que no tienen el eco debido en los responsables de la planificación sanitaria. Se da la circunstancia de que en la última convocatoria MIR han quedado desiertas un número importante de plazas de formación de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria por falta de candidatos. Todo esto viene agravado por el hecho de que un amplio porcentaje de las plantillas médicas de la mayoría de los grandes hospitales deben ser recambiadas entre los próximos 10 a 15 años. Ante esta situación, los responsables de planificación del Ministerio de Educación continúan sin adoptar ningún tipo de medida tendente a evitar el déficit de profesionales médicos en los años venideros, que a la vista de la evolución de los acontecimientos debían de haber comenzado a adoptarse hace varios años. Posiblemente cuando quieran reaccionar ya será tarde. Usuarios y profesionales pagaremos las consecuencias, como siempre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de junio de 2007