Entre 2001 y 2005, el PIB per cápita español aumentó de media un 1,6% al año. Según los cálculos de un estudio la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), más del 90% de este avance en la renta por habitante se debe a la incorporación al mercado laboral de los inmigrantes.
Otros estudios presentados ayer por Fedea demuestran que la inmigración no ha tenido efectos negativos en los salarios y la tasa de empleo de la población española. Además, los inmigrantes logran rebajar su tasa de paro en apenas cinco años al nivel de la población nativa. Pero la diferencia en el nivel de ingresos apenas se recorta en ese mismo periodo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de junio de 2007