La policía keniana abatió ayer en una barriada de chabolas de Nairobi, la capital, a 11 individuos sospechosos de pertenecer a una secta prohibida en el país.
La barriada de Mathare, donde viven 500.000 personas, entre los que abundan los miembros de la secta Mungiki, a la que se atribuye una ola de robos y decapitaciones en las últimas semanas, fue escenario por tercer día consecutivo de una gran operación policial destinada a erradicar el grupo. El comisario de la zona, Paul Ruto, dijo que la policía abrió fuego en respuesta a los disparos de los miembros de la banda ocurridos mientras se producían los arrestos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de junio de 2007