La llegada del AVE a Barcelona, su paso por la ciudad y su enlace con Francia están pulverizando de forma negativa todas las previsiones. El tren de alta velocidad llegará a la estación de Sants, procedente de Madrid, a finales de este año. Pero a la estación central de la Sagrera y a la frontera francesa no arribará hasta el 2012, tres años más tarde de la última revisión de fechas. Tanto el Ministerio de Fomento, que construye la obra, como la Generalitat y el Ayuntamiento coincidieron ayer en justificar el retraso por la complejidad de los túneles, especialmente el de Barcelona, y el propósito de extremar la seguridad.
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Las tres Administraciones escenificaron ayer su visto bueno al último tramo del AVE hasta la frontera francesa, pendiente de la aprobación definitiva: los 5,6 kilómetros del túnel urbano por el que discurrirá el tren de alta velocidad en Barcelona desde la estación de Sants -la primera para los que vengan del sur- hasta la de la Sagrera, a la que llegarán los viajeros que procedan de Francia. Un gesto de complicidad para capear el nuevo retraso que supone la llegada hasta Francia y ante la oposición de CiU y PP, a la que hay que sumar a ERC, que abandona el gobierno tripartito de la ciudad. Una tormenta política que las tres Administraciones han querido evitar que estallara antes de las elecciones municipales.
El calendario que ayer explicó el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, para las obras del túnel de Barcelona es el siguiente: licitación de obras en julio, adjudicación antes de que finalice este año, inicio de obras en enero o febrero de 2008, plazo de construcción del túnel -por medio de una tuneladora a entre 20 y 25 metros de profundidad-, unos 10 meses más para la electrificación, y luego las pruebas. Hasta 2012, que será el año en el que el túnel entre Sants y Sagrera pueda entrar en servicio. De forma paralela, se trabajará en la construcción de parte de la nueva estación de la Sagrera.
Pero antes, el AVE debe llegar a Sants, algo que ocurrirá a finales de 2007, de acuerdo con el compromiso mil veces repetido por la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. "Ahora se están haciendo las pruebas entre Tarragona y Sant Joan Despí, en octubre se llegará hasta El Prat, y en noviembre, desde allí hasta Sants", explicó ayer Morlán.
Ante el evidente retraso de la construcción del túnel que debe atravesar Barcelona y el empalme con Francia, Morlán insistió en que las prisas no son buenas: "Los plazos no serán la principal preocupación, sino la seguridad y la tranquilidad". Para ello, añadió, el túnel se hará con una comisión de seguimiento en la que estarán integrados los vecinos y otras entidades que, sin duda, seguirán de cerca el chequeo de más de 800 fincas del Eixample barcelonés por cuyas proximidades discurrirá el AVE.
El túnel del AVE no pasará por zonas edificadas y lo hará por el centro de las calles. El túnel tendrá un tratamiento especial a su paso por la Sagrada Familia, edificio del que estará a escasos metros. En ese tramo de la calle de Mallorca se levantará una pantalla de 1,5 metros de diámetro y 40 metros de profundidad a 10 metros de la fachada de la Glòria, hoy en construcción. "Se pasará al lado, que no por debajo, de la Sagrada Familia y de cientos de edificios con todas las garantías", señaló Morlán. Y subrayó que así lo evidencian todos los estudios, "que conocen los técnicos y arquitectos de la Sagrada Familia con los que nos hemos reunido bastantes veces". No quiso hacer comentarios Morlán sobre la amenaza del templo de llevar la construcción del túnel a los tribunales.
En lo que sí se emplearon a fondo Morlán, Manel Nadal, secretario de Movilidad de la Generalitat, y el alcalde en funciones, Jordi Hereu, fue en repetir que el trazado del túnel es el mejor y en recordar que los partidos que ahora se oponen -"por coyuntura política", precisó Morlán- estuvieron de acuerdo en el paso del túnel junto a la Sagrada Familia. "Llevamos casi 15 años hablando del AVE y la sociedad catalana y barcelonesa no se merecen más retrasos porque se juegan el futuro", zanjó Hereu.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de junio de 2007