Pensamos los profesores que Internet es algo común en las casas de nuestros alumnos, pero nada más lejos de la realidad: sólo un 40% de los hogares españoles tiene acceso a la Red, frente a un 61% de los hogares británicos, y quizá mucho menos en las modestas familias trabajadoras e inmigrantes de nuestros alumnos: es caro y requiere inversiones adicionales en ordenadores y equipos varios.
Las becas para acceder al primer curso de Universidad se solicitan mediante un tedioso acceso a la página del ministerio, rellenando varios formularios y previa la adjudicación de un código digital de identificación. Quien no tenga acceso a Internet debe hacerlo desde instalaciones públicas o en cibercafés y similares. ¿Por qué no se mantiene en paralelo el tradicional sistema de impresos y ventanilla? ¿Es obligatorio el acceso a la Red, con ventajas evidentes, pero no al alcance sencillo de todos? ¿O es una maniobra para reducir el número de solicitantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de junio de 2007