Con más de 40 referencias oficiales (y centenares de lanzamientos ilegales), el mundo de Dylan puede ser una experiencia intimidante. Se expresa mediante álbumes que graba con rapidez y representan su momento creativo:
- 'The freewheelin Bob Dylan' (1963). Repleto de canciones memorables, hechas a palo seco.
- 'Bringing it all back home' (1965). Da rienda libre a la escritura automática, comienza a electrificarse.
- 'Highway 61 revisited' (1965). Un Dylan surrealista reinventa el rock con formas -y músicos- de blues.
- 'Blonde on blonde' (1966). El primer elepé doble de la historia del rock, una extensión perfectamente justificada.
- 'John Wesley Harding' (1968). Equivalente musical de un daguerrotipo: seco, lacónico, solemne.
- 'The basement tapes' (1975). Embriagadora selección de grabaciones caseras con The Band, hechas en 1967.
- 'Blood on the tracks' (1975). Se supone que es la crónica de su amargo divorcio de Sarah Lowndes.
- 'Desire' (1976) Un sonido cíngaro para deslumbrantes narraciones, siete escritas con Jacques Levy.
- 'Biograph' (1985). Caja que reafirma la sospecha de que sus archivos son la auténtica cueva de los tesoros.
- 'Modern times' (2006). Recordatorio de su dominio de los grandes palos de la tradición musical de EE UU.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de junio de 2007