Las autoridades suizas inauguraron ayer un túnel ferroviario terrestre de 34,6 kilómetros de longitud en Lötschberg, que discurre a través de los Alpes y que se convertirá en la tercera infraestructura de estas características más larga del mundo. La apertura de este túnel, que acortará en un tercio el tiempo de las conexiones ferroviarias entre Alemania e Italia, ha costado unos 2.580 millones de euros y ha estado precedida de polémicas, dificultades técnicas y retrasos durante los ocho años de las obras.
Está previsto que el túnel entre en pleno funcionamiento el 9 de diciembre y, a partir de esa fecha, buena parte del tráfico por carretera se desviará al tren. Más de 4.000 vehículos pesados cruzan diariamente los Alpes suizos, lo que provoca atascos, accidentes y contaminación.
Esta colosal obra de ingeniería incluye un segundo túnel (el Gotardo), en paralelo al que se acaba de construir, que estará listo en 2015 y tendrá 57 kilómetros. Cuando se inaugure será el mayor del mundo, por delante del japonés Sei-Kan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de junio de 2007