Cinco niños y un soldado holandés fallecieron ayer en Afganistán en un atentado perpetrado por un conductor suicida en Uruzgán, en el sur del país. El gobernador adjunto de la provincia, Mohamed Nabi, admitió sólo la muerte de los niños, pero el Ministerio de Defensa holandés confirmó posteriormente la muerte en el atentado de un soldado de este país, de 20 años.
Un coche cargado de explosivos chocó intencionadamente con un convoy de la fuerza multinacional en Tarin Kowt, la capital de Uruzgán. Un portavoz oficial indicó que los chicos, que se encontraban en la calle, tenían alrededor de 10 años. Tres civiles y tres soldados holandeses resultaron heridos. El fallecido es el séptimo holandés que muere en este país desde el despliegue de las tropas multinacionales, informa Isabel Ferrer.
El de Tarin Kowt no fue el único atentado con coche bomba conducido por un suicida contra un vehículo de la OTAN. En Kandahar, el antiguo feudo talibán, hubo un atentado con el mismo patrón. No causó muertes, pero cinco civiles resultaron heridos.
En el sur, un ataque de las fuerzas lideradas por Estados Unidos causó al menos 24 muertes entre la resistencia talibán, según anunció un mando de la OTAN, que no ofreció ninguna cifra de víctimas propias.
En cambio, la OTAN admitió que un soldado de la coalición falleció en enfrentamientos en la provincia de Paktika, al sureste. Esta muerte eleva a 83 el número de soldados de la coalición muertos desde el inicio de 2007. El año pasado fallecieron 190.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de junio de 2007