Los electores franceses privaron ayer al partido del recién elegido presidente, Nicolas Sarkozy, de una victoria aplastante en las legislativas, al propiciar un fuerte repunte del Partido Socialista. La gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP) y sus aliados de centro lograron una cómoda mayoría absoluta de 345 escaños.
Le sigue el Partido Socialista (PS), que con sus socios logró 207 diputados, muy por encima de las previsiones de las encuestas, que les asignaban poco más de un centenar de escaños. El mensaje sobre el peligro de una excesiva concentración de poder en manos de Sarkozy ha calado entre los votantes, que también han visto con inquietud la propuesta del Ejecutivo de aumentar el IVA cinco puntos.
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Para el primer secretario del PS, François Hollande, "los franceses han querido dar un sentido a la República". Su compañera de filas y ex candidata presidencial del PS, Ségolène Royal, dio anoche la campanada al anunciar que se ha separado sentimentalmente desde hace varios meses de Hollande, padre de sus cuatro hijos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de junio de 2007