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CARTAS AL DIRECTOR

30 años de democracia

Corremos el riesgo de morir de éxito conmemorando los logros obtenidos durante los 30 años de democracia. Yo creo que ante tanto calentamiento neuronal convendría refrescarse un poco la memoria sacando a la luz las carencias que aún padece esta sociedad. A modo de ejemplo podemos empezar por la sanidad pública, que se está dejando morir en favor de la privada, y la educación pública, donde los recursos destinados a mejorar las deficiencias que padece van a parar a los colegios privados. Los barrios de las grandes ciudades, dejados de la mano de Dios y de los ayuntamientos, que sólo se preocupan de los grandes eventos y de las zonas residenciales, de la clase trabajadora de escasa cualificación cuyos sueldos de miseria sirven para aumentar los beneficios de las grandes empresas. Citar también la escalada usurera de los bancos y a la vista están sus escandalosos beneficios. También podríamos añadir las pensiones de los jubilados, que con 40 años o más de cotización apenas sobrepasan el salario mínimo interprofesional.

Sigan celebrándolo ustedes que tienen motivos, nosotros cada cuatro años les seguiremos votando -eso sí, cada vez menos- para que sigan discutiendo siempre de lo mismo y sin siquiera poner los pies en la tierra.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de junio de 2007