El ex alcalde de Marbella Julián Muñoz, que se sentó ayer en el banquillo de los acusados por un delito contra los derechos cívicos, aseguró que el fallecido "Jesús Gil siempre ha mandado en Marbella, jamás admitió órdenes", y añadió que por rebelarse, él ha tenido problemas.
Muñoz, en prisión preventiva desde el pasado 22 de julio por su implicación en la operación Malaya, aludió en el juicio a que actualmente sufre una particular situación que le está impidiendo su defensa. "Para mi desgracia, Gil ha muerto. Él jamás admitía órdenes de nadie ni actuaba en connivencia. A veces por rebelarme he tenido problemas, como la moción de censura de 2003", aseveró el ex alcalde marbellí como alegato final en el juicio que se celebró en el Juzgado de lo Penal 4 de Málaga.
Muñoz, que se enfrenta a la petición fiscal de cuatro años de inhabilitación en el cargo público por supuestamente negar a la oposición información relativa a la revisión del PGOU que se iba a tratar en un pleno, insistió en que dio órdenes para poner a disposición de los concejales dicha documentación.
Insistió en que sólo se limitó a firmar el decreto de la convocatoria del pleno, pero "la decisión de convocar la sesión fue de Gil, que no era un hombre de connivencia, y él tomaba sus propias decisiones". "Mientras yo he sido alcalde, jamás he negado ninguna documentación a ningún grupo político", concluyó Muñoz en su declaración.
La entonces portavoz socialista Isabel García Marcos, que denunció los hechos, declaró en el juicio que no les dieron instrucciones de cómo conseguir la información del pleno durante el fin de semana, pues las dependencias municipales estaban cerradas.
Añadió que en el pleno se iba a tratar un tema de relevancia y que no era posible estudiar el gran volumen de información que se iba a tratar.
La actual primer teniente de alcalde de Marbella, María Francisca Caracuel (PP), indicó que se convocó el pleno sin las garantías adecuadas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de junio de 2007