La maestra vio los golpes en las piernas de la niña, que tiene 10 años, y su denuncia ha llevado a la Generalitat catalana a quitarle la custodia a sus padres. Fue el miércoles, durante los festejos de fin de curso de una escuela primaria La Barquera, de la pequeña localidad de Alió (Tarragona). Alarmada por los moratones, la mujer decidió llevar a la niña al hospital de Pius de Valls.
Esta vez funcionaron los controles. Ayer, el Juzgado de Instrucción número 3 de Valls (Tarragona) confirmó la retirada de la tutela que el jueves dictó la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia para Rabia C. y su marido Abdelelah E. H. por los malos tratos que supuestamente daban a su hija. La menor abandonó el juzgado acompañada de dos agentes sociales y quedará bajo tutela de la Generalitat de Cataluña por un tiempo indefinido.
Las heridas, según el interrogatorio de la juez, se las causó su madre con un objeto alargado, probablemente el tubo flexible del gas butano. Los padres tienen dos hijos más pequeños que la lesionada, y la juez ha ordenado el seguimiento diario de ellos por parte de los servicios sociales, que deberán darle cuenta de su estado cada viernes. La juez asegura que ninguno de los dos hermanos ha sufrido lesiones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de junio de 2007