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El enfrentamiento entre los editores catalanes ensombrece Francfort

La delegación catalana que irá a la Feria del Libro de Francfort en octubre -compuesta por unos 130 escritores- será la segunda más numerosa de la última década. Asimismo, el anunciado presupuesto de 12 millones de euros también será el segundo más alto de los últimos cinco años, sólo superado por los 13 millones de euros que en 2005 presentó Corea, país que contó con ayudas de patrocinio privado. La comitiva de autores catalanes que irán invitados a Francfort sólo es superada en los últimos 10 años por la que aportó la cultura árabe en 2004, que llegó a 212 autores, si bien representaban a 17 países de la Liga Árabe.

Pese a esas llamativas cifras, la euforia inicial por la invitación se ha ido diluyendo con el tiempo, lastrada por varias polémicas. Recientemente, la ministra de Cultura, Carmen Calvo, consideró "empobrecedor" que autores como Eduardo Mendoza, Juan Marsé o Javier Cercas, que escriben en castellano y pertenecen a la cultura catalana, no estén en la feria.

Los frentes no paran de crecer. Los editores catalanes parecían formar una piña, pero esa aparente unidad se rompió ayer. Mediante un comunicado, la Asociación de Editores en Lengua Catalana desmintió unas declaraciones del presidente del Gremio de Editores de Cataluña, Antoni Comas, quien afirmó que el sector editorial catalán se sentía decepcionado por la selección de escritores que formarán parte de la comitiva oficial al excluir a los autores que escriben en castellano. Una decisión, en cualquier caso, tomada por los propios escritores, que rechazaron al final la invitación para no ahondar en disputas, ni figurar como palmeros. En su comunicado, sin embargo, la Asociación niega ese sentimiento de pesadumbre y refleja una desunión inédita.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de junio de 2007