El Senado de Estados Unidos aprobó la pasada madrugada una nueva legislación para mejorar la eficiencia energética de los automóviles y empezar a reducir así su dependencia del petróleo importado. Para ello se proponen incentivos fiscales para el desarrollo de combustibles alternativos, como el etanol, y se incluye una disposición que permitirá someter a la ley de competencia estadounidense a los países de la OPEP.
La iniciativa legislativa, que fija nuevos baremos en el uso del combustible, fue aprobada con el apoyo de 65 senadores, entre ellos muchos miembros republicanos, frente a 27 votos en contra.
Para que la nueva ley energética entre en vigor debe ser refrendada por la Cámara de Representantes y firmada después por el presidente George Bush, que en el pasado sugirió que podría bloquearla. El Senado consigue de momento una importante victoria frente a los fabricantes de coches, que durante las dos últimas décadas han frenado cualquier intento para que se les obligue a mejorar el rendimiento de sus ingenios. La nueva legislación establece un nuevo nivel de consumo para 2020, año en el que los vehículos que se comercialicen deberán recorrer 35 millas (56,3 kilómetros) por galón (3,78 litros), frente a las 25 millas (40,2 kilómetros) actuales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de junio de 2007