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CARTAS AL DIRECTOR

Libertades irresponsables

Vilafranca del Penedès, Barcelona

La libertad de expresión como argumento para justificar actitudes que tienen los medios de comunicación resulta un poco hipócrita. Esta vez se ha usado como respuesta a la idea del Gobierno de querer que los medios se autorregulen al dar información sobre violencia sexista. Así se podría evitar el supuesto efecto repetición que pueden tener algunas noticias sobre otros maltratadores.

A menudo, se da a conocer hasta el mínimo detalle de cómo el agresor ha acabado con la vida de otra persona, invadiendo así la intimidad de la víctima y de sus familiares. No existen datos contextuales para sensibilizar a la población cuando no hay casos explícitos de violencia. Y tampoco se presentan situaciones en que la mujer, después de denunciar los malos tratos, haya empezado una vida mejor. ¿Miedo a que disminuyan las audiencias sin los elementos más morbosos?

Quizás los periodistas no son culpables del posible efecto repetición, pero a menudo se olvidan de la responsabilidad social que tienen. Si se puede colaborar en que no aumente el número de víctimas, ¿por qué no hacerlo? Es hora de olvidarse del eufemismo violencia de género para llamarlo por lo que es: violencia sexista o violencia contra las mujeres.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de junio de 2007