La propuesta del nuevo bachillerato que plantea el Ministerio de Educación y Ciencia hizo saltar todas las alarmas en la comunidad escolar. Y es que el bachillerato es una etapa decisiva para la formación humana y académica. Sin embargo, su deficiente calidad actual puede empeorar si prospera la propuesta del ministerio. Entre otras cosas, se ofrece la posibilidad de organizar los estudios "a la carta", sin tener en cuenta el grado de madurez de los alumnos.
Por otra parte, mientras el ministerio diseña operaciones sobre el papel, la política educativa se desarrolla básicamente en el ámbito autonómico, lo que incrementa la sensación de que en nuestro bachillerato cada alumno funciona a su manera de acuerdo con sus preferencias y el lugar de origen. No es ésta la mejor opción en tiempos de globalización y de integración europea.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de junio de 2007