Allá se nos va a las claras de la vida otro de los imprescindibles. Con una mano delante y otra detrás. Igual que vino. Trabajó duramente desde niño y su capital fue lo comido por lo servido. Luchó toda la vida en primerísima línea. No por salvarse a sí mismo en exclusiva sino por la salvación colectiva. Era de los que daba la cara y no reculaba ni cuando acaso procedía. Grande en los grandes acontecimientos nacionales y de clase de 1972 en Galicia. Grande luego. Grande hoy mismo: murió como vivió, se negó en redondo a cambiar ideología por buena vida. Como cuantos corrieron todos los riesgos por el presente y el porvenir colectivo.
Es de los que no se han puesto a precio como otros que se decían paladines del proletariado y a las primeras de cambio cambiaron de campo y de equipo. Esos a él le daban asco. Y allá va. Allá se nos va un camarada a carta cabal. El mejor secretario general que ha tenido el sindicato nacional de CC OO de Galicia. Fue Goliat. Y los David se lo cargaron con malas artes. Con muy malas artes.
No habrá quien llene el hueco que deja tras él. ¡Hasta nunca, Amor, hasta nunca!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de junio de 2007