El Ayuntamiento de El Bosque (Cádiz, 2.024 habitantes) ha decretado en un pleno extraordinario la suspensión de las licencias para viviendas plurifamiliares en su casco urbano. La medida tendrá carácter provisional -estará en vigor durante un año- para permitir al equipo de gobierno diseñar un plan urbanístico que evite la proliferación de estos edificios, que sustituyen a casas unifamiliares, y la consecuente modificación de la fisonomía del pueblo.
El alcalde, Antonio Ramírez (PSOE), explica que la proliferación de estas construcciones ha encarecido los precios de las viviendas en El Bosque. "Los propietarios de casas tradicionales suben los precios porque saben que en su terreno un promotor puede construir varios apartamentos y enriquecerse con su venta. Así, los habitantes del pueblo se quedan con menos posibilidades", asegura Ramírez. Estos pisos, en su mayoría, acaban en manos de personas que los utilizan como segundas residencias.
En el último año y medio se han dado en el pueblo cinco actuaciones similares. "No lo habíamos previsto en el último planeamiento, el del año 2000", aclara el alcalde, que, sin embargo, calcula que el número de edificios de apartamentos que se pretenden construir en El Bosque podría triplicar esta cifra.
El Ayuntamiento teme que esta "avalancha de construcción de pisos" provoque un colapso de los servicios municipales básicos: la población aumenta pero no existe capacidad para ofrecer agua, aparcamiento, o recogida de basura a todos los nuevos habitantes. "Sobre todo", mantiene, "porque algunas zonas del pueblo, como el casco histórico, ya se encuentran saturadas". "No pretendemos prohibir, sino regular", matizó Ramírez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de junio de 2007