Bill Viola supera a sí mismo en refinamiento y perfección en la instalación Ocean Without a Shore, instalada en la iglesia de San Gallo y producida por la Fundación Peggy Guggenheim y la galería Haunch of Venison de Londres.
La transformación y la renovación, dos de los temas más queridos por Viola, protagonizan esta obra que materializa el regreso de la muerte a la vida en tres pantallas, de las que surgen figuras humanas.
La secuencia de vídeo ilustra esta transición con el paso de lo etéreo a lo material, de la oscuridad a la luz y del blanco y negro al color, logrados mediante una cortina de agua que cae desde una altura de más de dos metros, manteniendo una claridad absoluta hasta que los performers la franquean y con un sofisticado sistema de grabación inédito, que el artista puso a punto en los laboratorios de investigación de James Cameron, autor de películas célebres por sus efectos especiales, como Titanic y Días extraños.
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El sistema se basa en un dispositivo óptico creado para la obra, que conecta -a través de espejos y lentes especiales- unas de las primeras cámaras de vigilancia de circuito cerrado de la década de 1970 con aparatos digitales de alta definición y ultimísima generación.
Una vez más Viola, quien ha contado con la colaboración de Kira Perov, su mujer desde hace 28 años, se sirve de dos elementos primordiales, como el agua y la luz, para dar otra vuelta de tuerca a su investigación tanto tecnológica como estética y ensanchar los límites de la expresión visual.
BILL VIOLA: www.billviola.com OCEAN...: www.oceanwithoutashore.com
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de junio de 2007