En los últimos 12 meses un tercio de los hogares españoles ha incorporado a sus objetos una cámara fotográfica digital. Sólo en un 17% de los casos sustituyó a otra cámara digital. Son datos del Estudio de Hábitos y Usos de Propietarios de Cámaras Digitales, presentado por Ignacio López Olaondo el pasado mes de abril.
El estudio indaga en las razones por las que el consumidor adquiere una cámara digital. El precio no es un factor determinante.
En el inicio de la revolución digital, el número de píxeles era clave para determinar la calidad de una cámara. Hacia 1998 una cámara de 600 euros apenas llegaba a un megapíxel. Ese problema hace años que se solventó y ahora, quizá, es el contrario: imágenes con tantos píxeles crean problemas de almacenamiento y de envío. Sin embargo, para el consumidor el número de píxeles es el principal baremo (el 35,5%) para la compra. La facilidad de uso es determinante para el 32% de los consumidores, le sigue la capacidad de memoria (26,7%), el tamaño (26,3%) y diseño (20,6%) y la duración de la batería (19,7%). Aspectos importantes como el estabilizador de la imagen y el tiempo de disparo sólo son determinantes para el 8,7% y 6,2% de los consumidores, respectivamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de junio de 2007