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Reportaje:

100 metros de satisfacción, 25 años después

El montaje del escenario del Calderón, adonde hoy vuelven los Rolling Stones, requiere tres días

Los Rolling Stones aterrizan esta noche en el Vicente Calderón. Este campo les acogió por primera vez en 1982 y repitieron en 1990 y 2003. En los últimos días, 42 camiones han dejado en el estadio su carga -procedente de Barcelona. Los primeros 25 llegaron el pasado domingo. Iban cargados con las estructuras de acero que forman el armazón del escenario. El mismo que vienen utilizando en la parte europea de su actual gira mundial: una parte central flanqueada por dos torres de luces en forma de espiral, de 30 metros de alto, 100 de ancho y otros 30 de profundidad. Además, una pasarela de 44 metros permitirá a Mick Jagger y a los suyos llegar hasta el mismísimo centro del césped del estadio en los momentos clave de su actuación.

Una vez montada la estructura, operación que lleva dos días de trabajo, se requiere otra jornada más para terminar, explicó ayer en el estadio Dale Skjerseth, Opie, jefe de producción técnica de la gira.

En total, 115 personas viajan con los Stones. A ellos se suma, en cada lugar donde se celebra un concierto, otro centenar de trabajadores locales, contratados a través de la compañía promotora en cada país. Mientras la banda esté en el escenario, otras 200 personas trabajarán en el backstage.

Pero nada de eso se pondrá en marcha sin los 1.200 amperios de intensidad eléctrica en los circuitos de iluminación; 800 en los equipos de sonido; 600 en los aparatos de vídeo, más otros 200 para los efectos visuales. "Electricidad suficiente para iluminar una ciudad pequeña", resume

Skjerseth, que viaja con los Stones desde 1995.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de junio de 2007