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Necrológica:

Sophie Legg, cantante tradicional

Era una de las últimas voces de la cultura romaní en Reino Unido

Cantante tradicional y una de las últimas voces de la cultura romaní en Reino Unido, Sophie Legg (Hatt, Cornualles, 1918) murió el pasado 6 de junio en Bodmin, en el condado de Cornualles. Símbolo de aquellas familias ambulantes que recorrían las ferias para vender sus productos, sólo grabó un disco, Catch me if you can: songs fron the Cornish travellers, en 1978.

Era un símbolo de una forma de vida que está desapareciendo de Europa occidental: Sophie Legg, nacida Sophie Orchard, pasó su infancia en un carromato tirado por caballos recorriendo las carreteras del suroeste de Inglaterra. Hasta los 16 años no durmió por primera vez en una casa: la que construyó su padre en un terreno que había comprado en Launceston.

Sophie, nacida el 20 de abril de 1918, era la menor de los cinco hijos de Edwin Orchard. Su familia acudía a las ferias locales con productos que iban desde cacerolas a leña o ropa interior, y a la pequeña le encomendaban la venta puerta a puerta.

Ya anciana, recordaba que de vez en cuando algunas personas le cerraban la puerta en las narices, pero que, por lo general, era bien recibida. Después del trabajo se solían reunir con otros romaníes venidos de lejos para comer y beber, conversar y cantar alrededor de la hoguera.

Únicamente grabó un disco. Fue en 1978, por iniciativa de Pete Coe, para Veteran Records: Catch me if you can: songs from the Cornish travellers. Tenía 60 años.

Orgullosa de sus raíces romaníes, consideraba el calificativo de gitano como un insulto. En pubs y reuniones familiares, en las que también narraba historias de los viejos tiempos, Sophie Legg cantaba canciones tradicionales como Down by the old riverside -su preferida-, o Jim the Carter Lad, que aprendió de su madre, Susan, y que se han transmitido de unas generaciones a otras. Solía decir que sus hermanas mayores Betsy y Charlotte cantaban mejor que ella.

Sus hijos, Vivienne y Vic, nacidos del matrimonio de Sophie con George Legg -un payo que los Orchard aceptaron de buen grado y que falleció en 1997-, parecen haber heredado su amor por la música y tienen sendos discos grabados.

La víspera de su fallecimiento -llevaba dos meses enferma-, Sophie quiso enseñarle a su hijo un verso inédito de la balada The golden vanity. Ya le había dicho a Vic, en una entrevista que éste le hizo en el año 1989: "Siento que es bueno seguir cantando las viejas canciones porque sino el folclor se extinguirá".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de junio de 2007