La Cámara de Comercio e Industria Hispano-israelí se ha instalado en Barcelona con el fin de explorar alianzas comerciales y negocios conjuntos entre empresarios catalanes e israelíes.
Israel tiene una población similar a la de Cataluña -unos 6,7 millones de habitantes en 2005-, pero un elevado patrimonio en tecnología y conocimiento: es el país con mayor número de ingenieros cada 1.000 empleados y el segundo del mundo, por detrás de Estados Unidos, en número de empresas que cotizan en el índice de empresas tecnológicas Nasdaq. Su inversión en investigación y desarrollo (I+D) alcanza el 5% del PIB, sin contar los gastos en Defensa.
"Los empresarios catalanes pueden aprovechar la fuerte implantación de las empresas israelíes en Estados Unidos para entrar en el mercado norteamericano", apunta el presidente de la Cámara de Comercio Hispano-israelí, Gil Gidron. A los empresarios israelíes, en cambio, les interesa Cataluña y el resto de España para entrar en Europa y América Latina.
Un empresario catalán que ya tiene negocios en Israel es el director general de G y D Ibérica, Víctor Camp, que fabrica tarjetas de plástico con banda magnética, como las de crédito y las que se utilizan como llave de las habitaciones de hotel.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de julio de 2007