Las rebajas de verano arrancaron la semana pasada, pero las grandes superficies, como es tradicional, esperaron hasta ayer para ofrecer saldos. El 1 de julio ya había sido consagrado entre los ocho festivos en los que se permite la apertura de todos los comercios. La patronal de grandes superficies estimaba que las ventas crecerían en torno al 7% respecto a la misma temporada del año anterior y que alrededor de 600.000 valencianos acudirían ayer a sus centros asociados para aprovechar las ofertas. Las asociaciones de consumidores reiteraban que las rebajas afectan a los precios, no a la calidad de los productos ni a los derechos de los consumidores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de julio de 2007