Jóvenes, alegres, trabajadores, deportistas y amigos de sus amigos. Así recuerdan a las tres víctimas del accidente sus compañeros de andanzas durante años en el pueblo. Crecieron juntos, se conocieron en el colegio, en el instituto o se los presentaron otros jóvenes. Los fallecidos y heridos en el siniestro eran de dos pandillas diferentes, pero todos eran amigos, se divertían y se lo pasaban bien. Como cualquier otro chico de cualquier otro pueblo. También tienen un lugar para practicar el botellón "en el polígono industrial, al lado del pueblo. Hay alguna nave, pero es un buen sitio", dicen.
El sábado por la noche algunos se fueron de fiesta. "A celebrar un cumpleaños al aire libre en un sitio del pueblo que llamamos Los Llanos". Volvieron a casa cuando ya amanecía. "Como otras veces. Es normal", explican Yolanda y Nerea. Allí estuvieron varias de las víctimas del accidente: uno de los fallecidos, Eduardo Rojas, de 20 años; Inmanol Aguado, de 21, que se encuentra en estado crítico, y dos chicas menores de edad, Paloma de la Cruz, de 16 años, con fractura de fémur, y Erika Bustillos, de 17 años, herida de gravedad. "Nosotros nos fuimos antes. Por eso no sabemos si después decidieron ir al polígono o no". Fuentes de la Policía Local informaron de que algunas de las víctimas habían ido a jugar un maratón de fútbol a un pueblo cercano.
"Les gustaba mucho el fútbol y participaban en la liga municipal", explica un portavoz del Ayuntamiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de julio de 2007