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MIRADOR

Pingüino o pingüina

El triunfo del conservador Mauricio Macri en las elecciones para la alcaldía de Buenos Aires, en las que obtuvo el 61% de los votos, hizo saltar las alarmas entre los inquilinos de la Casa Rosada. Desde que en 2005 Cristina Fernández, esposa de Kirchner, accediera al Senado con el mayor apoyo obtenido por un candidato en Argentina, su nombre no ha dejado de sonar para encabezar el Frente para la Victoria en las próximas elecciones presidenciales. Fernández no es una recién llegada a la política ni una mujer que haya hecho carrera a la sombra de su marido: su currículo basta por sí solo para justificar la ambición presidencial.

Fernández se ha empleado a fondo para promover desde el Senado las leyes más importantes de la presidencia de Kirchner, al tiempo que ha desarrollado una agenda internacional en la que se adivina la intención de darse a conocer fuera de Argentina y, de paso, consolidar su imagen dentro del país. Faltaba tan sólo escoger el momento para hacer pública la intención de suceder a su marido en la Casa Rosada. Los últimos reveses electorales del Frente para la Victoria han obligado a adelantar los planes del matrimonio Kirchner, que ha dejado saber a través de una filtración al diario Clarín que Cristina Fernández formalizará su candidatura a la presidencia de Argentina el próximo día 19 con un baño de multitudes en La Plata, la ciudad en la que nació.

El presidente Kirchner, a quien se conoce como el pingüino, lleva meses bromeando con que tal vez su sucesora sea la pingüina. Si el plan sale adelante, los inquilinos de la Casa Rosada seguirían siendo los mismos, sólo que con el presidente y la primera dama intercambiando los papeles.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de julio de 2007